Una ventana de la casa de doña Ana daba hacia un angosto callejón, tan estrecho que era posible, asomado a la ventana, tocar con la mano la pared de enfrente. Si lograba don Carlos entrar a la casa de enfrente, podría hablar con su amada y, entre los dos, encontrar una solución a su problema. Preguntó quién era el dueño de aquella casa y la adquirió a precio de oro. Hay que imaginar cuál fue la sorpresa de doña Ana cuando, asomada a su balcón, se encontró a tan corta distancia con su joven enamorado. Unos cuantos momentos habían transcurrido de aquel coloquio amoroso, pues, cuando más abstraídos se hallaban los dos amantes, del fondo de la pieza se escucharon frases violentas. Era el padre de doña Ana increpando a Brígida, quien se jugaba la misma vida por impedir que su amo entrara a la alcoba de su señora. El padre, con una daga en la mano, de un solo golpe la clavó en el pecho de su hija. Don Carlos enmudeció de espanto, pues la mano de doña Ana seguía entre las suyas, pero cada vez más fría. Ante lo inevitable, don Carlos dejó un tierno beso sobre aquella mano tersa y pálida, ya sin vida. Por esto a este lugar, se le llama el Callejón del Beso.
Un lugar en el ciberespacio plagado de curiosidades, rarezas, excentricidades, cosas y sucesos insólitos. "Cosas veredes Sancho amigo". El mundo todavía es un lugar mágico, simplemente hay que verlo con los ojos de un niño.
diciembre 15, 2009
El callejón del beso (Guanajuato, México)
Se cuenta que doña Ana era hija única de un hombre intransigente y violento; era cortejada por un joven galán, don Carlos. Al ser descubierta por su padre, sobrevino el encierro, la amenaza de enviarla a un convento, y lo peor de todo, casarla en España con un viejo y rico noble, con lo que, además, acrecentaría el padre su mermada hacienda. Doña Ana y su dama de compañía, doña Brígida, lloraron e imploraron juntas, pero de nada sirvió. Así, antes de someterse al sacrificio, resolvieron que doña Brígida llevaría una misiva a don Carlos con la infausta nueva.
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2 comentarios:
"Estimada Claudia Meyer, tras visitar su blog nos hemos decidido a invitarle a colaborar con nuestra revista digital de cultura: www.elportalvoz.com. Le animamos a que entre en nuestra página para que vea el trabajo que desarrollamos y, en el caso de que esté interesado, a que se ponga en contacto con nosotros (edicionelportalvoz@ateiamerica.com) para ampliarle la información sobre nuestra propuesta. Muchas gracias y saludos cordiales"
es muy linda la historia del callejon del beso, pero triste... cada vez que paso por ahi con mi esposa no podemos dejar de besarnos en el escalon pintado de rojo, una tradicion tipica de nosotros los guanajuatenses...
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