Por fin han llegado las anheladas vacaciones. Con mi familia no tenemos planes; nos gusta improvisar y disfrutar de todo un poco: la playa, la ciudad y la montaña.
Mi esposo, Javier, es pintor, escritor y editor; creo que avanzará en este período en un par de proyectos hogareños y profesionales; su blog, exquisitices del ocio, pues creo que no estará ocioso en estas vacaciones. Busquen el link entre los portales que visito.
Nuestra hija, Sofía, a su año y 7 meses todavía no entiende de períodos vacacionales y fines de semana: seguirá despertándose religiosamente a las 7:00 a.m. y lléndose a dormir hasta las 9:30 de la noche. Hace un par de siestas, pero se las regulamos en tiempo; caso contrario la hora de dormir se desplaza y nuestra hija se convierte en un gatito noctívago.
¿Qué celebramos en mi país? La festividad del Salvador del Mundo; las fechas más importantes para la ciudadanía capitalina y salvadoreña. Se conmemora la Transfiguración de Jesucristo en el Monte Tabor.La iglesia celebra con todo el pueblo, mediante un recorrido que tarda al rededor de dos horas por las diferentes calles de San Salvador, el día 5 de agosto, y en el cual El Salvador del Mundo estrena dos atuendos: el primero de color rojo, que usa al salir de la Basílica y el segundo de color blanco, después de la "transfiguración". En dicha peregrinación los feligreses acompañan a la carroza que lleva a la imagen del Divino Salvador del Mundo, la cual mide unos 8 metros de largo por 11 de alto. En la celebración participan el arzobispo de San Salvador, el arzobispo auxiliar, el organizador principal del evento y un centenar de presbíteros y seminaristas. Al llegar a la iglesia El Rosario, donde se hace "la bajada", el arzobispo pronuncia un discurso y luego se entonan las notas del himno del Salvador del Mundo y las del himno nacional, para luego concluir la procesión en la catedral metropolitana.
Les invito a que lean las entrada antiguas del blog. Saludos cordiales, Claudia