
Según informa la página web de la BBC, las direcciones de correo electrónico que comienzan por las letras A, M o S reciben un 40% de spam, mientras que aquellos que eligieron la Q o la Z para sus direcciones sólo reciben un 20%.
Estas diferencias podrían explicarse por el método que utilizan los spamers a la hora de generar las direcciones a las que bombardean con esos correos que prometen adelgazar en tiempo récord, títulos universitarios de saldo o hasta temas para adultos.
A menudo, explica el autor del estudio, Richard Clayton, los spamers utilizan una dirección real que saben que está activa (pedro@dominio1.com) y le cambian la segunda parte (la que identifica al proveedor del servicio) por otra (pedro@dominio2.com).
Si se tiene en cuenta que en Reino Unido es más habitual que un nombre comience por M a que comience por Q, la razón por la que uno recibirá más correo basura que el otro parece clara.
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