La historia del castillo se remonta al primer siglo después de Cristo, cuando la tribu germánica de los Godos erigiera un fuerte cerca del río Pregel para controlar eficazmente una zona de gran importancia estratégica en lo que luego pasaría a ser la región báltica de Prusia del este. Así, durante más de un milenio, el castillo serviría como base de operaciones a las fuerzas nativas de la región. En el siglo XIII los caballeros de la Orden Teutónica conquistaran el área y reforman el fuerte transformándolo en un Ordensburg -un tipo característico de castillo/fortaleza germánico- para 1257, pasando a ser así en el cuartel general del Gran Maestre del la orden.
Los sucesivos conflictos contra las fuerzas de Polonia, llevarían a reforzar las defensas del castillo gradualmente durante los siglos. Y si bien los polacos ganarían gran cantidad de guerras contra los caballeros de la orden -que eran prácticamente un estado en si mismo- y contra los ejércitos de las naciones germánicas, el castillo se encontraba tan bien fortificado que los polacos nunca intentaron tomarlo, incluso tras haber prácticamente devastado a la orden de los teutones en la histórica batalla de Grünwald -ocurrida en el 1410 y considerada como la batalla medieval más épica en la historia.- Por supuesto que esto no terminaría la rivalidad entre polacos y teutónicos, y a solo un siglo de Grünwald, volverían a enfrentarse.
Pasarían los siglos, Alemania se unificaría y llegarían las guerras mundiales. En la Segunda Guerra Mundial, por desgracia, el viejo castillo debería enfrentarse a un tipo de armamento mucho más poderoso que el impulsado por catapultas y trebuchets para el que fue construido. No obstante, e increíblemente, las gruesas murallas y bastiones exteriores del mismo, exitosamente defenderían a la estructura principal de gran parte de los bombardeos británicos de 1944 y del fuego de artillería soviético. Y si bien varias alas del castillo se habrían quemado o derrumbado para el fin de la guerra, la estructura principal del mismo, aunque muy dañada, había sido protegida de su destrucción total gracias a las murallas.
Tras terminar la guerra, Königsberg sería tomada por los soviéticos y renombrada como Kaliningrado. Por desgracia, en un acto de astronómica ignorancia, desprecio por la cultura y la historia, pero, y por sobretodo, de soberbia digno de un representante perfecto de la estupidez crónica, Leonid Brezhnev, el Secretario General del Partido Comunista de la Unión Soviética, decidiría a finales de los 50's convertir a Kaliningrado en un “pueblo modelo soviético” y comandaría a “borrar todo símbolo prusiano” de la ciudad. Esto significaría la demolición de edificios, monumentos, estatuas y castillos centenarios, muchos de ellos, como la estructura milenaria principal del castillo Königsberg, muy dañada y en pleno abandono pero aun en pie. Si bien la excusa consistía en limpiar los vestigios militaristas de Prusia, la medida sería excesiva, ya que también afectaría edificaciones de gran valor cultural.
A pesar de la protesta internacional y de los pobladores de la región, la grotesca transformación se haría igual, y el antiguo castillo de torres góticas, piedras talladas, escaleras de olmo, arcos de medio punto de mármol y bóvedas de crucería finamente pintadas, sería reemplazado por la Casa de los Soviéticos, un rectangular edificio de concreto al mejor estilo de los monótonos bloques-comunales la Rusia comunista.
Pero el castillo había dejado tras de sí una poética venganza, una extensa red de túneles que, a lo largo de sus casi dos milenios de existencia, habían sido excavados con el fin de almacenar provisiones para resistir asedios, depositar los restos óseos de caballeros caídos en batalla y almacenar tesoros y armas. Razón por la cual, gradualmente, el suelo sobre el que estaba construida la Casa de los Soviéticos fue cediendo hasta volverse inestable, inutilizando de esta manera la costosa construcción en los 80's. Esto volvería al proyecto entero de transformación en el hazmerreír de Europa del este, y en una vergüenza internacional símbolo durante décadas de la tambaleante planificación y administración soviética pues el proyecto terminaría siendo finalizado en el 2005, irónicamente, casi medio siglo después de su inicio, con la URSS existiendo ya solo como parte de la historia y a un coste superior a los planeamientos originales. Esto hoy se denomina popularmente como “La venganza de los prusianos”.
4 comentarios:
esta genial
pero lo ultimo me demore una eternidad entenderlo
se ve muy pequeño y junto... es interesante, me a dado una idea...
gracias
Al parecer se quedaron con las ganas de hacer de Königsberg un pueblo modelo soviético, pobres comunistas.
Por cierto, felicidades por el blog, en verdad es agradable. Otra cosa, anexé tu blog en mi lista de blogs favoritos, espero no te moleste.
Gracias "nueve cartas al océano", por el link y por leer estas entradas. Trataremos de mantenerles siempre entretenidos.
Saludos cordiales.
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