CURAS Y ÉPOCAS
1. Roma
Asustar: Un susto; los romanos fueron los de la idea de asustar a quien tenga hipo.
Asustar: Un susto; los romanos fueron los de la idea de asustar a quien tenga hipo.
Dar vuelta a la persona: En la legión, según aclara Gibbon, uno de los primeros y más grandes historiadores modernos de Roma, estaba muy difundida la cura de dar vuelta a la persona, haciéndola colgar de sus piernas, hasta que se le fuese el hipo.
Taparse los oídos: Taparse o frotarse los oídos es una cura popular para el hipo -esto puede llegar a funcionar y ser muy eficiente por cierto-, ya que si se tiene suerte se terminará estimulando el nervio neumogástrico, o vago, el cual inerva en la faringe, y así indirectamente finalizar los espasmos.
Gárgaras: También puede llegar a funcionar ya que, con suerte, terminarán interrumpiendo el ciclo y relajando los nervios involucrados.
Taparse los oídos: Taparse o frotarse los oídos es una cura popular para el hipo -esto puede llegar a funcionar y ser muy eficiente por cierto-, ya que si se tiene suerte se terminará estimulando el nervio neumogástrico, o vago, el cual inerva en la faringe, y así indirectamente finalizar los espasmos.
Gárgaras: También puede llegar a funcionar ya que, con suerte, terminarán interrumpiendo el ciclo y relajando los nervios involucrados.
2. Medioevo
La manzana: En Francia, morder una manzana hasta que se vaya el hipo era una cura muy popular -por supuesto que el hipo terminaba “yéndose” naturalmente, pero se creía que lo había curado la manzana-.
Legumbres: Comer lentamente una legumbre era visto como algo útil para frenar el hipo.
La lengua: En Escandinavia existía la difundida la idea sobre estirar la lengua de una persona para sacarle el hipo, por lo que era normal que un familiar o amigo de la persona le tomase la lengua e intentara estirarla. Hoy en día sigue siendo utilizado este método en dicha región.
Un pájaro: En algunas regiones de Italia se creía que si se ponía un pájaro en la boca de la persona y el ave cantaba el hipo se iría. No hace falta decir que no servía para nada.
No respirar: Aguantar la respiración era, y es, una cura extremadamente popular por toda Europa y el mundo.
Mirar fijo: Otra creencia difundida era la de mirar fijo a otra persona durante un minuto. Si esto se hacía sin interrupciones el hipo se iba.
La manzana: En Francia, morder una manzana hasta que se vaya el hipo era una cura muy popular -por supuesto que el hipo terminaba “yéndose” naturalmente, pero se creía que lo había curado la manzana-.
Legumbres: Comer lentamente una legumbre era visto como algo útil para frenar el hipo.
La lengua: En Escandinavia existía la difundida la idea sobre estirar la lengua de una persona para sacarle el hipo, por lo que era normal que un familiar o amigo de la persona le tomase la lengua e intentara estirarla. Hoy en día sigue siendo utilizado este método en dicha región.
Un pájaro: En algunas regiones de Italia se creía que si se ponía un pájaro en la boca de la persona y el ave cantaba el hipo se iría. No hace falta decir que no servía para nada.
No respirar: Aguantar la respiración era, y es, una cura extremadamente popular por toda Europa y el mundo.
Mirar fijo: Otra creencia difundida era la de mirar fijo a otra persona durante un minuto. Si esto se hacía sin interrupciones el hipo se iba.
3. Era Victoriana
Azúcar: Era muy normal la creencia sobre los poderes curativos del azúcar, por lo cual siempre se le ofrecía azúcar a una persona con hipo. Muchos niños fingían tener hipo justamente por esto. Hoy en día se sigue utilizando este método en el Reino Unido; puede llegar a funcionar si coloca la cucharada bajo la lengua.
Estornudar: Otra cura muy difundida era la de respirar pimienta, provocando así un fuerte e involuntario estornudo en la persona para así sacar el hipo. Esto era un arma de doble filo, ya que si llegase a ser aspirada la pimienta, podría terminar irritando la zona y empeorar la situación.
Palmadas: Si bien las palmadas en la espalda fueron muy populares para calmar el hipo, fue en la Era Victoriana en la que que se recomendaba como una “solución profesional”.
Berro: Era muy normal que la boca fuese llenada con berro ante un ataque de hipo, ya que se sobrevaloraban las aptitudes curativas de éste vegetal.
Vinagre: Tomar una cucharada de vinagre inmediatamente luego del sonido producido por el hipo era una de las curas más populares en Escocia.
Azúcar: Era muy normal la creencia sobre los poderes curativos del azúcar, por lo cual siempre se le ofrecía azúcar a una persona con hipo. Muchos niños fingían tener hipo justamente por esto. Hoy en día se sigue utilizando este método en el Reino Unido; puede llegar a funcionar si coloca la cucharada bajo la lengua.
Estornudar: Otra cura muy difundida era la de respirar pimienta, provocando así un fuerte e involuntario estornudo en la persona para así sacar el hipo. Esto era un arma de doble filo, ya que si llegase a ser aspirada la pimienta, podría terminar irritando la zona y empeorar la situación.
Palmadas: Si bien las palmadas en la espalda fueron muy populares para calmar el hipo, fue en la Era Victoriana en la que que se recomendaba como una “solución profesional”.
Berro: Era muy normal que la boca fuese llenada con berro ante un ataque de hipo, ya que se sobrevaloraban las aptitudes curativas de éste vegetal.
Vinagre: Tomar una cucharada de vinagre inmediatamente luego del sonido producido por el hipo era una de las curas más populares en Escocia.
Una curiosidad al final: Según el libro de récords Guinness, el mayor ataque de hipo de la historia duró 69 años y 5 meses. Charles Osbourne (1894-1991) comenzó a tener hipo una mañana de 1920 con una espeluznante frecuencia de un segundo y medio entre espasmos. Así de repentino como llegó se fue otra mañana… pero de 1990. Charles murió un año después.
1 comentario:
A pues yo tengo un amigo que padece de ataques de hipo, voy a aplicar todas las tecnicas a ver cual me resulta jejeje, te cuidas bicha, bien interesante tu blog.
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