mayo 29, 2008

Criptografía

En el siglo XVI las comunicaciones en el inmenso Imperio Español eran ciertamente complicadas, y las embajadas, espías y demás representantes del Imperio alejados de España, debían encriptar sus escritos para protegerlos en caso de ser capturados. Fue una gran época para la criptografía y otros “métodos de escritura”. Uno de estos métodos extraños fue la escritura microscópica. En 1586 Sancho Martínez de Leiva escribió a Juan de Idiáquez, desde Flandes, comentándole que un caballero italiano poseía la habilidad de escribir en espacios minúsculos, y se le ofrecía para ocultar mensajes a la hora de enviarlos por un correo o mensajero. De Leiva glosaba los méritos del italiano, que tenía como referencia la Secretaría de Estado del Papa, comentando que era capaz de escribir sobre el canto de un pliego de papel o escribir una carta de forma tan pequeña, que podía viajar oculta en el hueco de una sortija. Impresionante, sin duda.

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