Con una circunferencia planeada de 87 kilómetros, el SSC sería capaz de generar rayos de 30 TeV -millones y millones de electrón-voltios- y unos 40 TeV en el centro de masa. Supuestamente, creían, el SSC sería capaz de comprobar los hasta ahora teóricos bosones de Higgs -partículas elementales de carácter hipotético, fundamentales, en el modelo estándar de la física de partículas-, permitiendo así la creación de modelos más precisos y un entendimiento mucho más complejo y perfeccionado de la naturaleza del universo. La puesta en marcha del proyecto tendría todos los condimentos de una novela trágica: Tiempos extendidos, problemas entre contratistas, problemas no previstos durante el diseño y, peor que la suma de todos los anteriores elevada al cubo, políticos y burócratas entrometidos.
Tras 4 años de intensa puja en 1987 se elegiría el lugar ideal para emplazar el SCC, los desiertos de Texas, lugar ideal ya que la existencia de otras instituciones científicas masivas era de gran ayuda. La construcción daría sus inicios a finales de los 80's, y comenzaría seriamente en 1991. Veintitrés kilómetros de túneles amurallados con gruesas paredes de concreto, divididos en 17 ramificaciones, estarían terminadas para 1993, año para el cual el proyecto había sobrepasado unos 12 mil millones de dólares de su costo inicial. Esto, combinado con las etapas iniciales de la Estación Espacial Internacional, y el cambio de gobierno de Clinton, fueron el último clavo en el ataúd del SSC. Hoy día el SSC es una gigantesca tumba de paisajes increíbles.
Tras 4 años de intensa puja en 1987 se elegiría el lugar ideal para emplazar el SCC, los desiertos de Texas, lugar ideal ya que la existencia de otras instituciones científicas masivas era de gran ayuda. La construcción daría sus inicios a finales de los 80's, y comenzaría seriamente en 1991. Veintitrés kilómetros de túneles amurallados con gruesas paredes de concreto, divididos en 17 ramificaciones, estarían terminadas para 1993, año para el cual el proyecto había sobrepasado unos 12 mil millones de dólares de su costo inicial. Esto, combinado con las etapas iniciales de la Estación Espacial Internacional, y el cambio de gobierno de Clinton, fueron el último clavo en el ataúd del SSC. Hoy día el SSC es una gigantesca tumba de paisajes increíbles.
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