Situadas en el extremo norte de los mapas que estamos habituados a ver, las Islas Svalbard forman parte del Reino de Noruega. De todo el conjunto de islas que forman este archipiélago situado en el Océano Glacial Ártico, sólo tres están habitadas: Bjørnøya, Hopen y Spitsbergen. En esta última está el asentamiento más grande de las Svalbard, su capital, Longyearbyen, donde viven alrededor de 1.600 habitantes, y que posee el aeropuerto más septentrional del planeta, ocasionalmente utilizado para expediciones turísticas al Polo.
Mencionadas en relatos del siglo XII, que se refieren a ellas como “las islas de los osos”, el turismo representa una de las principales industrias de las Svalbard. Ahora es un buen momento para visitarlas pues el sol de medianoche se extiende desde mediados de abril hasta finales de agosto, y la temperatura media durante su exiguo verano, suavizada por la corriente del Atlántico Norte, se sitúa en torno a los 6 Cº. Por contra, la noche boreal, u oscuridad perpetua, se apodera de las islas desde el 26 de octubre hasta el 15 de febrero, aproximadamente.
Las Islas Svalbard constituyen un paraíso helado para ciertos animales como el ganso, el reno de Svalbard o el zorro ártico, pero en especial para los osos polares, cuya población en el archipiélago supera el medio millar, siendo uno de sus santuarios mundiales. Todas las actividades al aire libre exigen el acompañamiento de un guía armado, como medida de precaución. También pueden contratarse viajes a bordo de buques que atraviesan esas frías aguas, permitiendo el disfrute de ver la extraordinaria flora y fauna autóctona en su hábitat natural.
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