febrero 06, 2008

El terremoto de Valdivia (Chile), 22 de mayo de 1960

Lo que ocurrió en el Sur de Chile en mayo de 1960, es uno de los fenómenos naturales más impactantes que le ha tocado vivir al hombre el pasado siglo. Si bien es cierto que no sólo Valdivia fue afectada por el famoso terremoto de 1960, es la ciudad donde se registró aquella tristemente célebre intensidad record de XI a XII en Escala de Mercalli y 9,5 en Escala Richter, con 37 epicentros (que entraron en acción como una gran cadena. Estos se repartieron de norte a sur en una extensión de 1.350 kilómetros, lo que constituyen unos 400.000 km2 ) y una duración de 10 minutos. Simplemente es el mayor movimiento telúrico jamás registrado. El terremoto ocurrió el 22 de mayo de 1960 a las 15,11 horas (19,11 GMT) y fue percibido en todo el cono sur de América. Dos mil personas murieron (4.000 a 5.000 en toda la región), 3.000 resultaron heridas y 2.000.000 perdieron su hogar. Los ríos cambiaron su curso. Nuevos lagos nacieron. Las montañas se movieron. La geografía, como nunca se había visto, se modificó marcadamente.

En los minutos posteriores al terremoto tres tsunamis arrasaron lo poco que quedaba en pie. El mar se recogió por algunos minutos y luego una gran ola se levantó destruyendo a su paso casas, animales, puentes, botes y, por supuesto, muchas vidas humanas. Algunas naves fueron a quedar a kilómetros del mar, río arriba. Como consecuencia del sismo, se originaron tsunamis que arrasaron las costas de Japón (138 muertes y daños por U$ 50 millones), Hawaii (61 muertes y U$75 millones en daños), Filipinas (32 muertes y desaparecimientos). La Costa Oeste de Estados Unidos también registró un tsunami que provocó daños por más de U$ 500.000. El cálculo final de muertos y desaparecidos nunca se ha sabido con precisión, ya que, por falta de registros, o falta de datos de zonas demasiado lejanas los informes de la época no coincidían en una cifra única. Patricio Manns habla de 10.000 muertos.

En Valdivia, una vez pasada la primera impresión se pudo ver la magnitud de los daños. Se podían apreciar las grietas en las calles, las casas en ruinas y el posible desborde de los ríos en la pre-cordillera, pero un daño que se creía pasajero termino por confirmar los rumores y especulaciones de los expertos. Varios sectores de la ciudad y 10.000 hectáreas al sur de ella se encontraban inundadas, y desde el aire se puede ver, incluso hoy en día, las granjas y cercas que delimitaban zonas agrícolas y que hoy son parte de las aguas del mar que se internan hasta 100 Kms. hacia el interior. Este fenómeno en un principio fue atribuido a un aumento del nivel de las aguas del mar, pero luego se explicó la verdadera razón del anegamiento: el terreno de la región se hundió con respecto de su nivel anterior al terremoto, una franja de 20 a 30 Kms. de largo y 500 Kms. de ancho se hundió de golpe unos 2 metros.

LOS TSUNAMIS
La primera ola llegó a su destino a las 15:25 hrs, media hora después de comenzado el terremoto. En el muelle el agua había cubierto todo y mientras el grupo corría hacia las escalinatas para guarecerse en la parte alta, en cuestión de segundos, el agua había alcanzado casi 2 metros sobre el nivel del muelle, esta subida de agua era el primer golpe suave del maremoto.

La segunda ola llegó unos 20 minutos después, a las 16.20 hrs. Con una altura de 8 metros y a la espantosa velocidad de 150 o 200 Kms. por hora. A su estrépito formidable se mezclaban los gritos de las mujeres, ya que la mayoría de los hombres, desde la retirada de las aguas, había descendido para intentar salvar los objetos aún recuperables. En 20 segundos apiñó al pie de la colina ochocientas casas aplastadas como cajas de fósforos. Al momento de comenzar el maremoto, algunos pescadores, arrastrando a sus mujeres y niños, saltaron a sus barcas y huyeron.

Desde lo alto del cerro se vio flotar a esas canoas sobre la ola "suave", después de ser arrastradas por el reflujo encolerizado, y finalmente tragadas en un instante, sin dejar huella, por la muralla líquida que avanzaba hacia tierra. El mar permaneció alto de 10 a 15 minutos. A continuación se retiró con el mismo ruido de succión monstruosa.
Una hora más tarde se vio aparecer a lo lejos la tercera ola. Era más alta que la precedente, 10 u 11 metros, pero la velocidad no parecía rebasar los 100 Km. por hora. Tras reventar contra el montón de madera acumulado por la segunda ola, el mar permaneció quieto poco más de un cuarto de hora, antes de retirarse, siempre con el mismo espantoso ruido metálico de succión.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ESTO FUE MUY TRISTE Y MI MAS SENTIDO PESAME PARA LOS QUE PERDIERON TODO, PERO LA VIDA SIGUE Y HAY QUE LUCHAR PARA RERCUPERARCTODO LO DAÑADO.