Víctor Lustig fue un personaje muy particular ya que, merecidamente, pasó a la historia como el mayor embaucador de todos los tiempos. Dotado de un carisma embriagante y con una sonrisa compradora, Víctor quedaría inmortalizado como El hombre que vendió la Torre Eiffel. Ya poseedor de un profundo historial de estafas, como el haber vendido máquinas que imprimían dinero en su juventud, Lustig se lanzaría a realizar uno de los mayores engaños de la historia cuando en 1925, al leer en un periódico sobre problemas que tenía la ciudad a causa de los gastos de mantenimiento del emblematico monumento parisino, adoptara el falso personaje de un oficial de gobierno y le enviara una invitación de negocios a seis comerciantes de la industria metalúrgica. Concertó una reunión en la misma torre, donde ofreció a los posibles compradores transporte en lujosas limusinas y ofreció elaborados discursos sobre los beneficios de comprar el monumento. Lustig se las arregló para hacerlos entrar en un remate en el cual apostaron una gran cantidad de dinero. El remate lo ganaría André Poisson, y tras este, ya con un maletín repleto de billetes, Victor tomó un tren hacia Vienna donde viviría como un duque por varios años.
Sin embargo, las aventuras de Lustig no terminarían con esto. Un tiempo después de su particular venta de la torre convencería al mafioso norteamericano Al Copone de realizar un negocio, inexistente, por 40 mil dólares. Tras mantener durante dos meses el dinero en una caja de seguridad Víctor lo regresaría a Capone con una falsa nota de disculpas y el comentario de que el negocio había fallado. Capone, sorprendido por la “integridad” de éste buen hombre, le enviaría la suma de 5 mil dólares en señal de agradecimiento por no haber escapado con el dinero. De esta manera Lustig se quedó no solo con una considerable cantidad de dinero sino que, además, ganaría el favor y amistad de uno de los mayores jefes de la mafia, ¡solo por haberlo estafado!
Por abusar de su suerte, varios años después sería atrapado en uno de sus negocios y enviado a la prisión de Alcatraz. De todas maneras se las arregló para vivir como un rey dentro de la misma.
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