noviembre 13, 2007

Sobre la mala fama del martes y viernes 13

El número 13 y los días viernes no siempre fueron considerados como portadores de mala suerte. Para los romanos el 13 era un número armónico y decorativo, de hecho, Julio César solía decir que el 13 era su número de la suerte ya que fue gracias a la Legión Decimotercera que éste alcanzó la gloria y el poder. Igualmente el día viernes era muy prestigioso, e infinidad de matrimonios y declaraciones de amor sucedían en ese día, pues estaba dedicado a Venus, la diosa del amor.


1. SOBRE EL VIERNES 13
Muchos creen erróneamente que es una mezcla de dos símbolos malditos. Por un lado el número 13 siempre fue mal visto por la cultura judeo-cristiana ya que para la Cábala son 13 los espíritus malignos; en el Apocalipsis, su capítulo 13 hace referencia al anticristo y a la bestia. Y en la Última Cena, Judas fue el decimotercero en ocupar la mesa. Por otra parte, Jesús fue crucificado un día Viernes y Eva le dio la manzana a Adán un día Viernes.

Sin embargo, el origen de la superstición fue otro. La Orden de los Templarios fue uno de los primeros sistemas bancarios internacionales de la historia. Su habilidad para guardar bienes y propiedades llevó a que miles de personas confiasen en ellos, razón por la que amasaron, con el tiempo, una gran fortuna. Tras una guerra contra Inglaterra, el Rey de Francia, Felipe el Hermoso, había quedado en una situación económica desastrosa, por lo que se aprovechó de su ejército para “recolectar” oro. Primero le quitó todos sus bienes a los judíos y los echó de Francia; sin embargo, necesitaba más oro, por lo que ideó una estratagema para acusar injustamente a los Templarios y enjuiciarlos. Es así que el viernes 13 de octubre de 1307 comienzan a ser arrestados los miembros de la orden por toda Francia, y los bienes que guardaban fueron incautados por el ejército. El rey, sabiendo que si solo les quitaba sus bienes y los dejaba marchar, éstos muy posiblemente tendrían una posición moral muy superior y ganarían más adeptos; obligó al Papa Clemente V -que había sido instalado en el Vaticano a la fuerza por el mismo Felipe años antes-, a que los declarara herejes, por lo que cientos de Templarios fueron quemados por toda Francia.

Siete años más tarde se condena a muerte a los dos últimos templarios con vida, el Gran Maestre Jaques de Molay y Godofredo de Charnay, las dos figuras más importantes del Temple, y a la vez famosos por su honradez. Antes de morir, el Maestre pidió que se le aflojen las manos para rezar, y en su rezó pidió una venganza por tan injusta condena bajo las siguientes palabras: “Dios vengará nuestra muerte, con esta convicción yo muero”. Acto seguido fueron quemados. Un mes después, el Papa Clemente V, quien los había declarado como herejes, muere atragantado con un higo; al poco tiempo fallece Nogaret, autor material de la condena, y ocho meses despues el Rey Felipe cae de su caballo quedando paralítico y muriendo en una gran agonía. La maldición no terminaría aquí, e irían cayendo uno por uno los descendientes de la línea sanguínea de Felipe, al punto que para 1328, unos 14 años después del asesinato de los Maestres, ya no quedaba ningún heredero de Felipe, y la Dinastía de los Capetians desaparecía tras 300 años de reinar sobre Francia. Como es de imaginar, esto impresionó a tal punto a la población que “La maldición de Molay” se extendió por toda Francia y posteriormente a Portugal y los países de Europa del Norte, así como también, pero en menor grado, a algunas partes de España y Grecia. Es así entonces como se considera al viernes 13 como maldito.

2. SOBRE EL MARTES 13
Europa del Sur tiene su propio día maldito. El martes es el día de mala suerte en el que la gente no debe “ni casarse ni embarcarse”. No hace referencia a ningún evento en especial, sino que simplemente al ser éste el día de Marte -Dios romano de la Guerra-, con el tiempo se fue considerando como el día diabólico. De hecho muchos autores medievales temían llamarlo por su nombre y lo referenciaban como “el pequeño maléfico”. Posteriormente se fue ligando con el número 13, y se comenzó a considerar como el “Día en el que aparecerá la Bestia”; de hecho muchas personas del medioevo estaban completamente seguras de que el Apocalipsis ocurriría un Martes 13.

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