abril 24, 2008

Lidice, un pueblo arrasado

En 1942 fue asesinado el subdirector de la Gestapo: Reinhard Heydrich. Este terrible personaje tiene apodos como "el carnicero de Praga", "la bestia rubia" o "el verdugo", lo que denota claramente la clase de ser sobre el que estamos hablando. Un atentado con bomba en Praga, provocó que muriera en el hospital a comienzos del mes de junio.Los nazis, dolidos por este ataque a uno de sus máximos jefes decidieron llevar a cabo un acto de represalia realmente desmedido. Seleccionaron un pueblo checo al azar, que finalmente fue Lidice. En este pueblo, todos los hombres mayores de 18 años (de 15 años según otras fuentes), 173 en total, fueron fusilados. Las mujeres y los niños fueron llevados a campos de concentración. Hasta aquí, aunque sea realmente brutal, el castigo no es muy diferente de las acciones llevadas a cabo por los nazis en otros lugares. Las mujeres fueron trasladas al campo de concentracion de Ravensbruck donde cumplieron tres años de trabajos forzados; los niños fueron separados de sus madres: fueron llevados al campo de concentración de Gneisenaustreet (Polonia) donde fueron separados en base a criterios raciales. Los que podrían ser objetos de arianización, fueron enviados a Alemania mientras que los 82 restantes fueron asesinados en Chelmo. De los 99 que abandonaron Lidice, solo 16 sobrevivieron.

A los altos cargos de la GESTAPO no les repugnó apropiarse de lo que había pertenecido a los vecinos fusilados de Lidice. Por ejemplo, a pesar de la prohibición de saqueo, el subjefe de la oficina de la GESTAPO en Kladno, Thomsen, robó una gran cantidad de aves de corral. Otro alto cargo nazi hurtó las estatuillas de la iglesia de Lidice que utilizaría para la decoración de su hogar. El dinero en efectivo y los ahorros depositados en bancos de los 499 habitantes de la aldea de Lidice fueron confiscados por el Tercer Reich. La GESTAPO obtuvo aproximadamente la tercera parte del total de la suma para cubrir los gastos relacionados con la destrucción de Lidice y la matanza de sus vecinos. El dinero de las víctimas fue utilizado para sufragar los costes de su fusilamiento.

Pero la represalia debía ir más allá. Se prendió fuego y se dinamitó todos y cada uno de los edificios de este lugar. Los restos que quedaron después de esto, fueron finalmente demolidos hasta su última piedra. Y una vez en este estado, todo fue cubierto con tierra y cemento. Finalmente, para dar por concluido el proceso, imprimieron nuevos mapas en los que no aparecía Lidice. El mensaje era claro: los nazis podían hacer desaparecer, literalemente, cualquier sitio del mapa.Pero el tiempo pasa inexorablemente y en 1949 el pueblo fue reconstruido. Desde entonces, el día de la destrucción de Lídice se reúnen, en la planicie de la aldea, miles de personas de las Repúblicas Checa y Eslovaca, así como de diversas partes del mundo, con el propósito de recordar a la aldea de Lídice y a quienes murieron en aquella ocasión. En homenaje a este lugar y para recordarlo, algunos pueblos cambiaros su nombre. Así, en México un pueblo llamado San Jerónimo Aculco, pasó a llamarse San Jerónimo Lídice, en Caracas se creó un barrio con ese nombre y también en Panamá y Brasil se tomaron iniciativas similares.

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