mayo 25, 2009

Only in El Salvador

De camino al trabajo, en una cruz calle, un compañero de oficina observa cómo dos peatones substraen dos naranjas de la cama de un pick up. El motorista se percata, desenfunda un arma, apunta a los ladrones, suma gritos y obliga a los transeúntes a devolver lo hurtado.
El motorista nunca se bajó: apuntó desde el interior de la cabina del pick up, sobre la que parecía ser su compañera de vida, quién a su vez cargaba en el regazo a una criatura de no menos de 6 meses de edad.
Dos naranjas...

1 comentario:

Kevin Eduardo Salazar dijo...

Que barbaridad, un caso... deja mucho que pensar. Cuídese, me gusta ver su blog todo el tiempo. Lo bueno de este es que tiene muchas cosas y es sorprendente.